Desde hoy toca fichar en el trabajo y tanto las empresas como sus empleados tendrán que adaptarse a la nueva normativa en tiempo récord.
Todas las empresas, independientemente de su sector o tamaño, deberán registrar la entrada y salida de sus empleados desde el 12 de mayo. Así, las empresas tendrán que establecer un registro de la jornada laboral que ayude a la Inspección de Trabajo a controlar el número de horas extra que se realizan en las empresas españolas. Se trata, entre otras cuestiones, de impedir que las empresas no paguen el tiempo extraordinario a sus trabajadores.
Cualquier método que recoja la entrada y salida de los trabajadores será válido, no es necesario incorporar un método muy sofisticado, basta, por ejemplo, con una cartulina en la que los empleados anoten las horas que trabajan cada día. Lo esencial es que quede constancia del número exacto de horas que cada trabajador realiza. El sistema elegido deberá guardarse durante un mínimo de cuatro años y está sometido a la ley de protección de datos.
De esta forma, si se detecta una jornada superior a la contratada, se podrá forzar a la empresa a ampliar la plantilla. Aquellas compañías que incumplan esta nueva normativa, podrán ser sancionadas con multas que irán desde los 626 euros a los 6.250. De momento, estas sanciones no serían efectivas y sólo se notificará una amonestación.
Las empresas más preocupadas son aquellas empresas cuyos trabajadores acumulan demasiadas horas extra porque el pago no es el problema, el problema reside en que un trabajador sólo puede hacer 80 horas cada año, por lo que aquellas empresas que se pasan tendrán que empezar a reducirlas.
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