Una cadena que chirría al pedalear es una de las peores sensaciones sobre la bicicleta. Además del ruido tan desagradable, puede estropear el sistema de cambios y multiplicar el coste de reparar la bicicleta cuando acudamos al taller. Mantener la cadena bien engrasada es muy importante para conservar en buen estado tanto los piñones como los cambios, piezas más caras que, si las cuidamos bien, no tenemos por qué cambiar en ningún momento.
A continuación te explicamos varios aspectos clave a tener en cuenta para mantener la cadena y el sistema de cambios en buen estado.
Limpieza
La limpieza de la cadena es muy importante por los restos de polvo y grasa que se van acumulando en los eslabones con el paso del tiempo; por tanto, es necesario limpiarla con frecuencia para evitar que el sistema de cambios sufra.
En primer lugar podemos quitar los restos de suciedad más gordos con un trapo (importante: el trapo que utilicemos quedará muy sucio y no se recomienda para otros usos de limpieza). Cuando hayamos quitado la suciedad más importante podemos continuar con algún líquido desengrasante. En este caso es recomendable utilizar alguno especial para bicicletas, pues los productos químicos que contienen no dañarán tanto la cadena.
En las tiendas especializadas y en los grandes centros comerciales venden material de limpieza para cadenas. Entre todo ese material, son recomendables los cepillos que limpian los espacios más inaccesibles, como el espacio que hay entre los piñones. Asimismo, si no quieres ensuciar el suelo, también puedes adquirir un limpiador que recoge el líquido y evita que este caiga al suelo.
Lubricación
La lubricación de la cadena solo debe hacerse después de haberla limpiado correctamente. Para ello podemos utilizar lubricante líquido o en cera. En las tiendas especializadas hay muchos tipos que nos vendrán mejor o peor en función del tipo de bicicleta o de las condiciones climáticas. Preguntarle al profesional nos ayudará en la elección.
Para lubricar la cadena solo tenemos que repartir un poco de líquido en cada uno de los eslabones. Echar mucho líquido no implica lubricar mejor: cuanto más líquido echemos, más suciedad absorberá la cadena. El líquido hay que verterlo mientras giramos suavemente la cadena en el sentido contrario al que pedaleamos. Cuando hayamos dado una vuelta completa, podemos parar.
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