El pasaporte español, como así se define, es “un documento público, personal, individual e intransferible, que acredita, fuera de España, la identidad y nacionalidad de los ciudadanos españoles salvo prueba en contrario, y, dentro del territorio nacional, las mismas circunstancias de aquellos españoles no residentes”.
Dentro del espacio nacional, un español promedio cuenta con su documento de identidad que sirve de alguna forma como mecanismo administrativo para la vigilancia y garantía de tus acciones. No en el sentido negativo de perseguir y controlarte, es un certificado o firma que acredita las operaciones realizadas.
En el periodo vacacional, donde preferimos alejarnos de casa y respirar otros ambientes en el extranjero, somos una identidad desconocida para el país que visitamos, ya que no somos residentes del lugar ni nos encontramos registrados en su jurisdicción. Para atestiguar que somos una persona con nombre y apellidos para un país vecino, el pasaporte cumple con esta necesidad.
El alcance del pasaporte español en el mundo es bastante privilegiado en comparación a otras naciones, que cuentan con conflictos en su contexto político y democrático y derivadamente en sus relaciones internacionales. El documento español se mantiene en el quinto puesto de la lista (por detrás de Japón, Singapur, Alemania y Corea del Sur), pues en estos momentos permite visitar hasta 187 países sin la necesidad de visado, según la edición de 2020 del Henley Passport Index.
Con el paso de los años, es cierto que el marco jurídico se ha globalizado y más se ha liberalizado la frontera en Europa, gracias a lo que conocemos como el Espacio Schengen, un espacio sin controles en los que los países firmantes se establecen como fronteras interiores y no tanto a su naturaleza como país extranjero. En consecuencia, si eres una ciudadano de un país incluido en este tratado puedes entrar en ellos sin necesidad de presentar un pasaporte ni tener que efectuar controles más allá de tu documento nacional de identidad, salvo casos de amenaza y perturbación del bienestar público (como vivimos por desgracia durante los primeros meses de la pandemia con el estado de alarma).
¿Qué países se incluyen y cuáles no?
El Espacio Schengen cuenta con 23 de los 27 países miembros de la Unión Europea y otras cuatro que no lo son pero se integran en la Asociación Europea de Libre Comercio (Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza). A comienzos de este año, Croacia se ha adherido en todas sus condiciones al acuerdo, convirtiéndose en la 27º en incorporarse. En el terreno europeo, los países de Bulgaria, Chipre, Irlanda y Rumanía (que pertenecen a la UE) no son países Schengen. Como excepciones en el continente, se incluyen Reino Unido, Bielorrusia, Ucrania, Rusia, Serbia, Albania, Andorra, Bosnia y Herzegovina, Kosovo, Macedonia del Norte, Montenegro y San Marino. En el caso de no contar con pasaporte, la entrada al país que no pertenece a este acuerdo comunitario debe reemplazarlo por una visa, una autorización por tiempo temporal para la entrada de las personas en un sitio concreto.
El caso reciente del Reino Unido
Ante su marcha de la Unión Europea por motivo del Brexit, losa ciudadanos extranjeros tienen que achacar las consecuencias de no pertenecer a esta agrupación de países y sus cuatro principios fundamentales: la libre circulación de personas, mercancías, servicios y capitales. En palabras sencillas, es fundamental tener el pasaporte vigente para aterrizar en islas británicas, que incluyen a todos sus naciones constituyentes: Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte.
Uso de nuestro pasaporte español en el resto del mundo
Como hemos comentado anteriormente, al viajar hacia o desde un país no perteneciente al acuerdo del Espacio Schengen, deberás presentar un pasaporte español, conjunto en algunos casos con el documento de identidad. Sin embargo, es cierto que cada país pueda necesitar una documentación adyacente o presente peculiaridades. Países tan demandados mundialmente como la India requieren de tramitar un visado online, con una validez de apenas 30 días, a distintos precios, en función si lo haces a través de la web oficial o con la agencia gestora. En el caso de Estados Unidos, en vez de tramitar un visado tienes que rellenar un formulario conocido como ESTA, de tipo electrónico compuesto por varias preguntas donde aportas tus datos personales y de contacto, en un tiempo máximo de tramitación de 72 horas y un precio cercano a los 10 euros.
A pesar de contar con muchas ventajas en comparación a épocas anteriores, hay que tener en cuenta que tener el pasaporte sigue siendo necesario y obligatorio para desarrollar nuestra actividad tanto de ocio como el ámbito laboral. Si no cuentas con este documento o tienes que renovarlo, la mejor opción es contactar con un gestor Administrativo que solucione tus trámites. Encuentra el más cercano en el siguiente enlace.
