El mediador ayuda a los implicados en un problema a recuperar la comunicación y a lograr una solución satisfactoria para ambas partes
Cada vez son más las personas que viven una situación de conflicto incapaz de solucionar por sí mismos y acuden a la mediación. “Se está descubriendo que hay una vía que puede ser satisfactoria para ambas partes sin la necesidad de que un tercero imponga una solución”, explica Miguel Ángel Fernández, experto en Mediación.
Pero, ¿en qué consiste exactamente la mediación? La figura del mediador supone que en un caso de conflicto que, a priori, parece irresoluble, aparezca una persona imparcial e independiente que ayuda a los implicados a recuperar la comunicación y el diálogo. “El mediador les ayuda a ver el problema con perspectiva y les hace ver que hay nuevas alternativas”, apunta Fernández. Se trata de un “traje a medida” cuya característica fundamental es la voluntariedad y la confidencialidad: “Lo que se trabaja en este proceso sólo lo saben el profesional y los interesados”.
Donde más presencia tiene la mediación es en ámbitos de familias, como es el caso de separaciones con hijos de por medio. También es muy práctica en conflictos laborales, especialmente en empresas familiares donde frecuentemente influyen decisiones de terceros que no están integrados en la empresa. La mediación persigue que los implicados encaucen su relación de modo adecuado sin necesidad de llegar a los tribunales.
Precisamente es esta insatisfacción general debido al colapso de la Justicia lo que hace que la mediación esté cada vez más presente. No obstante, Miguel Ángel Fernández aclara que es “un riesgo” creer que puede ser la solución a cualquier conflicto: “No todas las situaciones están llamadas a ser resueltas por mediación”.
