¿Cuántas veces has soñado con conducir un coche “sin manos”? Con el vehículo inteligente eso será posible ya que podrá circular sin necesidad de intervención humana. Sólo con la ayuda de cámaras, sensores, GPS y radares podrá tomar decisiones de forma autónoma una vez en la carretera.
Actualmente, se están comercializando vehículos que ofrecen servicios automáticos como el auto aparcamiento, gracias a cámaras, sensores y otras prestaciones que le permiten realizar la maniobra; pero el vehículo autónomo va mucho más allá.
El coche autónomo es una realidad cada vez más cercana gracias a los esfuerzos que están haciendo empresas como Volvo, Ford y Google que trabajan codo a codo con Uber Technologies Inc, empresa internacional líder en el desarrollo de software de movilidad. Al no haber una persona encargada de manejar el vehículo, este tipo de coches tiene un gestor, una Inteligencia Artificial (IA) que recibe toda la información necesaria del exterior para trabajar por sí mismo.
En el caso de Ford, la compañía ha confirmado que comercializará coches autónomos para el año 2021, así como Nissan distribuirá automóviles casi 100% autónomos en pocos años, lo que demuestra que las grandes multinacionales automovilísticas están invirtiendo recursos y esfuerzos para que los vehículos “sin conductor” se conviertan en una realidad a corto plazo.
Entre las compañías que están trabajando en esta nueva tecnología destacamos:
– Nissan se ha valido de personal de la NASA para adaptar los vehículos a las nuevas características y, de esta forma, conseguir que ninguna persona los guíe.
– Audi y Nvidia Corporation han creado un patrón que toma decisiones y da sentido a grandes sumas de datos procedentes de imágenes, sonidos y textos. De esta manera, puede reaccionar a situaciones difíciles igual o mejor que las personas.
– Toyota está inmerso en el desarrollo de su Concept-i que es un vehículo provisto de inteligencia artificial destinado a medir emociones del conductor dependiendo de donde se encuentre o vaya, pero, ante todo vela por la seguridad de los viajeros. De esta manera, ayudará al conductor en una situación de emergencia y, en última estancia, hasta puede tomar el control del vehículo para evitar un accidente.
Sin embargo, para que todas estas mejoras tecnológicas puedan ponerse en marcha será necesario aún superar algunas barreras como, por ejemplo, la necesidad de crear previamente las regulaciones normativas pertinentes. Otro importante y gran reto, algo más lejano, será que el vehículo llegue a comprender la forma en la que van a comportarse el resto de personas implicadas en la circulación.