El Ministerio de Hacienda va a modificar el tratamiento de los incentivos fiscales que aplica actualmente a la creación y explotación de patentes y de nuevos diseños. Con ello pretende adaptarse a las recomendaciones de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) y de Bruselas. Además, con esta adaptación la legislación cumplirá con la normativa comunitaria.
La ley actual, aprobada en 2013 para apoyar a los emprendedores y su internacionalización, mejoró las deducciones que tienen las empresas con respecto a las patentes. Ello se debe a que permitía una reducción en la base imponible de entre el 40% y el 60% de las rentas netas obtenidas por la venta de aplicaciones industriales, patentes y otros activos intangibles. El fin de estos incentivos, conocidos como ‘Patent box’, es potenciar la innovación tecnológica.
Ahora se pretende modificar la fórmula que calcula el incentivo fiscal, con el fin de adaptarla a la normativa europea. Así, el nuevo texto contempla una prorrata de los gastos en los que ha incurrido la entidad en la generación del activo en relación con los gastos totales derivados del mismo. Aplica así el denominado ‘Modified nexus approach’, impulsado por la OCDE en sus trabajos del BEPS (plan contra la erosión de bases imponibles y traslación de beneficios, en sus siglas en inglés), un proyecto para homogeneizar la legislación fiscal y evitar que las grandes multinacionales aprovechen los resquicios que dejan las diferentes regulaciones del impuesto de sociedades.
El Gobierno establece un régimen transitorio para las cesiones de patentes realizadas con anterioridad al 1 de julio de 2016, en los términos acordados por el Consejo de Ministros de la Unión Europea (UE). Con estos cambios, España será pionera y se acogerá por adelantado a los acuerdos adoptados por la UE. Bruselas había fijado el 30 de julio de 2016 como fecha límite para que los países miembros adaptasen su legislación a las recomendaciones de la OCDE.
