¿Tienes un conflicto? ¡Opta por la mediación!

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En los próximos días oirás hablar y mucho de la mediación con motivo de la celebración del día mundial el 21 de enero, pero ¿sabes realmente qué es?, ¿conoces sus ventajas? Son muchas, te las contamos.

Como su nombre indica, se trata de que una persona, imparcial y preparada, medie en un conflicto para que alcance desde el diálogo y la comunicación la solución más favorable entre dos partes que están enfrentadas. Así te evitarás el mal trago de pasar por un juzgado y ahorrarás tiempo, dinero y un desgaste emocional que no tiene precio.

Si has vivido algún conflicto familiar, laboral, social o civil sabes cómo se puede deteriorar una relación y las dificultades que se pueden encontrar para llegar a acuerdos consensuados. La intervención de un mediador proporciona un espacio de entendimiento e igualdad en el que las partes deciden y concretan la forma de solucionar su conflicto. Se trata de un proceso más amable y cordial.

Huye de los conflictos, pero si te ves envuelto en uno, te aconsejamos acudir a mediador en caso de:

– Ruptura del matrimonio o pareja de hecho (separaciones amistosas, divorcios con o sin hijos, cuando prima el mutuo acuerdo).

– Conflictos familiares y discrepancias intergeneracionales.

– Disputas económicas y reclamaciones profesionales.

– Conflictos vecinales.

– Conflictos empresariales.

– Relaciones deterioradas con denuncias repetidas.

– Cualquier otro conflicto, aunque esté judicializado.

Te recordamos que la mediación tiene garantías, es un procedimiento confidencial, ágil y económico, así que ya sabes, si tienes un problema y prefieres resolverlo por las buenas, acude a un mediador. Además, la mediación permite que los protagonistas del enfrentamiento alcancen soluciones más adaptadas a las necesidades y salgan satisfechos.

En cambio, no te recomendamos la mediación si algunas de las partes no confía en este sistema y se muestra muy reacia, si existe una limitación de la capacidad de decisión de alguna de las partes o en situaciones de violencia hacia alguna de las partes.

No existe una carrera universitaria de mediador como tal, pero sí unos requisitos básicos para ejercerla. Según la legislación española, el mediador debe contar con un título universitario o de formación profesional superior, además de cursos específicos de mediación. En dicha norma también se concreta que el mediador debe abandonar sus actuaciones si concurren circunstancias que afecten a su imparcialidad.

Si tienes dudas, un gestor administrativo especializado en mediación puede ayudarte.  Localiza el más cercano a ti aquí.